3.4 TEORÍAS SITUACIONALES
Durante años, los investigadores y gerentes en ejercicio han
cuestionado la premisa de que un estilo particular de liderazgo es efectivo en
todos los escenarios organizacionales. Numerosos especialistas del
comportamiento refutan muchos de los principios propuestos por Lewin y sus
colaboradores del grupo del estado de Ohio, de Blake y Mouton y de Likert. Los
teóricos situacionales insisten en que su investigación del liderazgo apoya la
tesis de que el liderazgo de éxito depende de la relación entre la situación
organizacional y el estilo del líder. La situación organizacional puede incluir
variables tales como el entorno, los valores de los gerentes y de los
subordinados, las actitudes y la experiencia, así como la naturaleza del
trabajo en particular que deba desempeñarse, incluyendo tiempo y dinero.
El objetivo del líder situacional, según los teóricos, es pronosticar el estilo
de liderazgo más efectivo bajo circunstancias variables.
Modelo de Contigencia
Los Modelos de Contingencia estudian el Liderazgo bajo una nueva perspectiva,
esto es, las circunstancias que rodean al Proceso de Liderazgo y en las que
éste se desarrolla.
A medida que avanzaron los estudios sobre el Liderazgo, los investigadores se
dieron cuenta de que la predicción del éxito de un líder era un fenómeno mucho
más complejo que identificar los rasgos idóneos de personalidad o el
comportamiento preferido de los dirigentes triunfadores
Un líder que tiene éxito en determinado ámbito y circunstancias, no
necesariamente lo tendrá en otro lugar, con otro grupo o en otro tiempo. De ahí
que desde hace más de 30 años otra corriente de investigadores se dedicó a
realizar estudios con el propósito de proponer un Modelo que tomara en cuenta
factores como el tipo de trabajo que desarrolla el líder, el tamaño del grupo,
su madurez, el grado en que se requiere la participación y cooperación de los
miembros del grupo, etc.
Ya Tannembaum y Schmidt, como lo vimos al hablar de El Liderazgo, señalaron que
para tomar la decisión de avanzar en el continuo hacia la democracia había que
tomar en cuenta las fortalezas del líder, las fortalezas de los seguidores y
las características de la situación.
Pues bien, cuando se consideran combinadamente todos estos factores se ofrecen
pruebas sorprendentes de que el método de contingencia o situacional como
también se le conoce, es una forma muy realista de analizar el liderazgo.
Sin embargo, es conveniente aclarar que estas Teorías son un tanto más
complejas porque requieren identificar tanto las variables críticas específicas
de la situación que se está analizando, como la relación entre ellas, los
rasgos del líder (principalmente talentos y habilidades) y las conductas o
comportamientos de liderazgo y sus efectos.
Algunos enfoques para aislar las variables situacionales clave han tenido más
éxito que otros y consecuentemente gozan de un mayor reconocimiento.
El Modelo de Contingencia de Fiedler
A principios de 1951, Fred Fiedler desarrolló el primer
Modelo de Contingencia para el Liderago, a partir de la relación entre el
rendimiento organizacional y las actitudes del Líder.
Esta Teoría situacional sobre el liderazgo, propone que el desempeño de los
grupos eficaces depende de una vinculación adecuada entre el estilo de
interacción del líder con sus subordinados y el grado en que la situación le
permite ejercer control e influencia.
Para medir esas variables Fiedler y sus asociados desarrollaron la escala
"El compañero de trabajo menos deseado" (CMP), mejor conocido por las
siglas en inglés, que son LPC (Least Preferred Co-worker), escala que mide el
grado de indulgencia con que el líder evalúa incluso al colaborador menos
deseado. Este cuestionario LPC contiene 16 conceptos (20 en la versión amplia).
A la persona que contesta el cuestionario se le pide que piense en el individuo
con quien considere poder trabajar menos bien. Dicha persona debe ser aquella
con quien el participante haya tenido las mayores dificultades para llevar a
cabo un trabajo.
En su presentación original Fiedler afirmó: "...consideramos al individuo
con un alto grado de LPC (que percibe a su colaborador menos deseado de un modo
relativamente favorable) como una persona que obtiene su principal satisfacción
de las relaciones interpersonales bien llevadas, en tanto que la persona con un
grado LPC bajo (que describe a su LPC en términos muy poco favorables) logra su
mayor satisfacción con la ejecución del trabajo".
Originalmente, los investigadores formularon la hipótesis de que las
calificaciones elevadas de LPC se asociarían con un desempeño de grupo eficaz.
Sin embargo, esto generó algunos resultados ambiguos y conflictivos. Fiedler y
sus asociados propusieron entonces la hipótesis de que el tipo
"correcto" de conducta del líder dependía de si la situación del
grupo era favorable o desfavorable para él. Las tres dimensiones de situación
que determinan la circunstancia anteriormente descrita, son:
Relaciones Líder – Miembro
Calidad de las relaciones entre el líder y el grupo. Grado de confianza,
confiabilidad y respeto que los subordinados tienen en su líder. Se mide por la
aceptación que se haga de las personas, que se les tenga confianza y lo cálida
y amistosa que sea la relación entre líder y subordinados.
Estructura de la Tarea
Grado en que la tarea se programa, se asigna y explica para que sea realizado
el trabajo por medio de procedimientos establecidos. Claridad al establecer
metas y objetivos, funciones y responsabilidades, especificando procedimientos.
Poder del Puesto o Posición
Grado en que el puesto o posición le permite al líder influir en sus
subordinados para que se unan a él y acepten su dirección y liderazgo. Esta
influencia se deriva de la posición en la estructura formal de la organización
e incluye la autoridad para contratar, disciplinar, recompensar, castigar,
promover o degradar y autorizar incrementos salariales.
Como podemos apreciar en el cuadro anterior, Fiedler
construyó ocho posiciones de grupo. Cada una representa una combinación
distinta de las dimensiones, y lo favorable o no de cada situación, de acuerdo
a los resultados del LPC. Según esto, cuando la situación es muy favorable o
muy poco favorable, será apropiado tener un líder orientado al trabajo; pero
cuando las dimensiones se mezclan y la situación es moderadamente favorable,
entonces es más conveniente contar con un líder orientado a las relaciones.
Desde un punto de vista general al revisar los estudios de Fiedler para
verificar la validez de su modelo, la mayoría de los expertos concluyen que
esta teoría proporciona la mejor descripción existente del proceso de
liderazgo, ya que existe evidencia que apoya las partes sustanciales del
modelo.
Sin embargo, Fiedler y sus asociados, también han sido objeto de críticas ya
que algunos opositores objetan que en lugar de corroborar su teoría con nuevas
investigaciones, Fiedler la conforma para ajustarla a resultados ya conocidos.
Otras críticas más duras sostienen que la conceptualización que Fiedler hizo de
los componentes de lo favorable que sea la situación no es del todo completa.
Otra crítica lanzada al modelo es que no explica la forma en que lo favorable
de la situación afecta la relación entre la conducta del líder y el desempeño
de los subordinados.
Sea cual sea la opinión de los expertos, la verdad es que marcó un prescedente
importante en el estudio combinado de rasgos y comportamientos del líder y las
situaciones que se presentan, y ha llegado a ser uno de los Modelos de
Contingencia más ampliamente difundidos, por todo ello es muy importante
tomarle en cuenta en nuestro aprendizaje del Comportamiento Organizacional.
Y como esta teoría se sustenta en bases empíricas, podemos
esperar que se sigan realizando más investigaciones que corroboren sus
conclusiones, las modifiquen o las amplifiquen.
Liderazgo Situacional
Este Modelo cuenta con un buen número de seguidores a pesar de que su
verificación ha sido limitada, utilizándose como uno de los principales
instrumentos de capacitación en importantes compañías.
El Liderazgo Situacional es uno de los Modelos de Contingencia que se enfoca en
los
seguidores.
Para Hersey y Blanchard es muy importante que el estilo de liderazgo se
seleccione de acuerdo a la madurez de los seguidores y su nivel de preparación.
Es decir, de acuerdo al grado en el cual la gente tiene la capacidad y
disposición para desarrollar una tarea específica.
Los seguidores son quienes aceptan o rechazan al líder y su función de
dirigente. Independientemente del comportamiento del líder, la eficacia depende
de laa acciones de los seguidores.
Las mismas dos dimensiones utilizadas por Fiedler, sirven de base al desarrollo
de la Teoría de Liderazgo Situacional de Hersey y Blanchard: El enfoque en la
tarea y el enfoque en las relaciones. Sin embargo éstos dan un paso adelante al
considerarlas como Altas y Bajas y combinarlas con cuatro comportamientos
específicos del líder:
Hablar (alta tarea - baja relación) Definición de papeles y tareas indicando a
la gente qué, cómo, cuándo, y dónde llevarlas a cabo. Enfatiza el
comportamiento directivo.
· Vender (alta tarea - alta relación) El líder dirige y proporciona apoyo.
· Participar (baja tarea - baja relación) Líder y seguidores comparten la toma
de decisiones, el papel del líder es la facilitación y comunicación.
· Delegar (baja tarea - baja relación) El líder proporciona poca dirección y
apoyo.
Otro componente de la Teoría Situacional de Hersey y Blanchard es la definición
de cuatro etapas de preparación adecuada de los seguidores:
· R1. La gente es incapaz y no está dispuesta a asumir la responsabilidad de
hacer algo. No es competente ni tiene confianza en sí misma. Los seguidores
necesitan instrucciones claras y específicas.
· R2. La gente es incapaz, pero está dispuesta a realizar las tareas necesarias
del puesto. Esta motivada, pero carece realmente de las habilidades apropiadas.
Se necesita un comportamiento de alta tarea y alta relación. El comportamiento
de alta tarea compensa la falta de habilidad y un comportamiento de alta
relación facilita que los seguidores compren psicológicamente los deseos del
líder.
· R3. La gente es capaz, pero no está dispuesta a realizar lo que desea el
líder. Los problemas motivacionales se resuelven mejor con un estilo apoyador,
participativo y no directivo.
· R4. La gente está capacitada y dispuesta a realizar lo que se le pide. El
líder puede dejar al grupo actuar sólo, puesto que los seguidores tienen tanto
la preparación adecuada como la capacidad de asumir responsabilidad.
Si los seguidores demuestran preparación o capacidad y buena disposición para
asumir responsabilidades, el líder debe responder reduciendo el control, pero
también reduciendo el comportamiento de relación, ya que puede dejar al grupo
trabajar sólo, sin necesidad de mucha supervisión o de amplia comunicación,
porque no se requiere.
Por el contrario, si el grupo demuestra poca madurez, disposición para aceptar
responsabilidades o bien escasa capacidad o preparación, el líder debe asumir
un comportamiento de alta tarea, control y amplia relación ya que sólo a través
de la comunicación puede lograr la participación y la capacitación del grupo.
Algunos investigadores opinan que este Modelo es sólo una adaptación del GRID
gerencial, sin embargo Hersey y Blanchard, sostienen que no es así, que el Grid
enfatiza la preocupación por la producción o por la gente, que son dimensiones
a nivel de actitudes, y la Teoría del Liderazgo Situacional enfatiza el
comportamiento de tarea y relaciones.
La Teoría de la Trayectoria - Meta. De Robert House
Robert House desarrolló esta Teoría, ampliada posteriormente por Dessler, muy
respetada en la actualidad, como un Modelo de Contingencia que involucra los
elementos clave de la investigación del liderazgo de Ohio-State University
sobre la estructura inicial y la consideración, y la Teoría Motivacional de las
Expectativas de Vroom.
En esencia esta Teoría establece que las funciones del Líder son principalmente
aumentar la obtención de recompensas personales a los subordinados, que les
permitan alcanzar su satisfacción, a través de la obtención de metas laborales.
La función del líder será hacer que el camino a las recompensas sea más fácil
de recorrer (clarificándolo, reduciendo los obstáculos y las trampas) y
aumentar las oportunidades de satisfacción personal durante el recorrido.
El término Trayectoria - Meta, se aplica con base en la creencia de que los
líderes eficaces aclaran la trayectoria, para ayudar a sus seguidores a
alcanzar las metas de trabajo.
De acuerdo con esta teoría, el comportamiento de un líder es motivacional según
el grado en que:
haga que la satisfacción de las necesidades del subordinado dependa de su
desempeño eficaz.
proporcione la capacitación, dirección, apoyo y recompensas que son necesarios
para el desempeño eficaz.
Para comprobar estas afirmaciones House identificó cuatro comportamientos de
Liderazgo
1. El Líder Directivo. Hace saber a sus subordinados lo que se espera de ellos,
programa el trabajo a realizar y da instrucciones específicas de la manera en
que se deben desarrollar las tareas.
2. El Líder Apoyador. Es amigable y muestra preocupación por sus subordinados.
3. El Líder Participativo. Consulta con sus subordinados y utiliza sus
sugerencias antes de tomar una decisión.
4. El Líder orientado a la Realización. Fija metas desafiantes y espera que los
subordinados se desempeñen a su más alto nivel.
House supone que todos los líderes son flexibles y aptos
para asumir cualquiera de estos comportamientos, o todos, según la situación
que se les presente. Y en lo personal yo estoy de acuerdo con él en el sentido
de que un verdadero líder debe ser así, si no es capaz de esta flexibilidad,
entonces no es líder.
La teoría plantea que el comportamiento del líder será ineficaz cuando resulta
redundante con las fuentes de estructura ambiental (estructura de la tarea,
sistema formal de autoridad, grupo de trabajo), o cuando es incongruente con
las características del subordinado (control de sí mismo, experiencia,
habilidad percibida).
HIPÓTESIS derivadas de esta Teoría:
El liderazgo directivo lleva a una mayor satisfacción cuando las tareas son
ambiguas o de gran tensión.
Cuando los subordinados están desarrollando tareas altamente estructuradas, un
liderazgo de apoyo proporcionará un alto desempeño y satisfacción en los
empleados.
Cuando los subordinados tienen amplia experiencia o se perciben con mucha
habilidad, un liderazgo directivo, es muy probable que sea percibido como
redundante.
Mientras más clara y burocrática sea la relación formal de autoridad, más deben
los líderes exhibir un comportamiento de apoyo y reducir el comportamiento
directivo.
Cuando exista conflicto dentro de los grupos de trabajo, un comportamiento de
liderazgo directivo, producirá mayor satisfacción en los empleados.
Los subordinados con un sitio interno de control (aquellos que les gusta sentir
que controlan su propio destino) estarán más satisfechos con un estilo de
liderazgo participativo.
Los subordinados que prefieren un sitio externo de control (que les satisface
que otros les controlen la vida) estarán más satisfechos con un estilo de
liderazgo directivo.
Cuando las tareas están estructuradas de manera ambigua, el Liderazgo orientado
hacia la realización, mejorará las expectativas de los subordinados de que el
esfuerzo los llevará a un alto desempeño.
En general existen evidencias que validan estas hipótesis, ya que el desempeño
y satisfacción de los trabajadores, se ven influidos positivamente cuando el
líder compensa las cosas que faltan, en el subordinado o en la tarea, y evita
ser redundante e insultar la inteligencia de sus subordinados, cuando las
tareas son claras y están bien estructuradas, y/o los empleados tienen la
capacidad, habilidad y experiencia suficientes para manejarlas sin
interferencia.
Las perspectivas futuras de esta teoría, apuntan en la dirección de una mayor
investigación que lleve a reforzar, refinar y ampliar sus premisas incorporando
algunas variables moderadoras adicionales.
Modelo Integrativo[1]
Intentando englobar en un Modelo Integral del Liderazgo, las variables más
notables, Hodgetts y Altman en su libro de Comportamiento en las
Organizaciones, presentan el siguiente:
Para cumplir bien con sus complejas funciones, el líder debe ser
fundamentalmente competente para realizarlas, debe ser capaz de recompensar el
buen desempeño de sus subordinados y tener una verdadera representatividad ante
sus superiores, que le permita influir en ellos y lograr de la administración
superior los apoyos necesarios para realizar junto con su gente las actividades
y tareas que los lleven a lograr simultáneamente los objetivos organizacionales
y las satisfacciones personales.
Una de las principales condicionantes del estilo de liderazgo que se deberá
ejercer, son las características de los subordinados, las creencias y valores
que ellos llevan a la organización y aportan al trabajo; la forma en que
perciben a su líder, a su empresa y al ambiente general de la organización y
por supuesto la homogeneidad o heterogeneidad que se requiere en el grupo, de
acuerdo a la naturaleza de las tareas; ya que en algunos casos se necesita
cohesión en el grupo, y un pensamiento convergente, y en otros casos, se
necesita un pensamiento divergente y un grupo heterogéneo que con habilidades y
características distintas se complementen y logren una sinergia en el trabajo
de equipo.
Respecto al ambiente de trabajo, es importante que el líder se preocupe por la
naturaleza del mismo, para decidir el estilo de liderazgo conveniente; el
tamaño del grupo que tiene a su cargo y las condiciones del clima
organizacional, habrán de darle la pauta a seguir. Por ejemplo, ya veíamos que
tareas rutinarias o bien estructuradas, no requieren de una intervención
directiva, sino más bien de un liderazgo de apoyo y consideración, y por el
contrario, cuando las tareas son muy complejas se requiere más un liderazgo
orientado a la tarea. Si los grupos son pequeños se facilitan las relaciones
interpersonales, en cambio en los grupos grandes, es más común que se presenten
conflictos y se requiere de un liderazgo con más orientación hacia la
realización del trabajo.
Si el líder inteligentemente toma en cuenta estas variables, analiza, las juzga
y hace una buena evaluación de la situación, de la madurez de sus subordinados
y de las circunstancias y el contexto en que se mueven, indudablemente que
podrá decidir acertadamente el estilo de liderazgo que se requiere, pero esto
sólo no basta, definitivamente, un liderazgo eficaz requiere ante todo que la
persona al frente, sea muy flexible (para poder adoptar cualquiera de los
estilos de liderazgo), competente (para combinar adecuadamente producción y
relación humana) y con la suficiente autocrítica para retroalimentarse
constantemente, darse cuenta de sus aciertos y de sus errores y corregir el
rumbo oportunamente.
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